Astrología mundial

Durante una primavera de 2024 llena de oportunidades para sacudir nuestras referencias, Júpiter, el señor de los relojes y las influencias del año, comienza (alrededor del 21 de abril) provocando eventos que podrían desencadenar una situación mundial estancada.

Así, la conjunción exacta entre Júpiter y Urano el 21 de abril de 2024 podría resultar decisiva para el futuro. ¿Una decisión repentina de abandonar las armas, el inesperado cese de un conflicto mortal o un paso en falso que obliga al mundo a movilizarse para evitar lo peor? Todo es posible, pero los aspectos planetarios que siguen directamente (un sextil entre Júpiter y Neptuno el 23 de mayo y un trígono entre Júpiter y Plutón el 3 de junio) sugieren más bien una versión positiva, incluso constructiva, de los acontecimientos.

Sin embargo, nada parece estar definitivamente ganado, ya que a partir de agosto, Júpiter se enfrenta a Saturno, que defiende una visión conservadora del mundo. Si Júpiter nos insta a desplegar nuestras alas, a creer en un mundo más justo y más inspirador, y a movilizarnos para construirlo juntos, Saturno ofrece resistencia, recordándonos que no se puede construir nada sin tener en cuenta las lecciones del pasado. Se instala un debate (una lucha) entre los defensores de un nuevo paradigma y los defensores de los logros y fundamentos (que no siempre son positivos) del pasado. Durará hasta junio de 2025, pero deberá lidiar con influencias que enfatizan nuestra sed de cambio.

Desde 2023, Plutón va y viene entre el final de Capricornio y los primeros grados de Acuario. Un equilibrio entre sistemas antiguos que se desmoronan y nuevos fundamentos que deben definirse para colocarnos definitivamente en el camino de una evolución positiva y alejarnos de una visión demasiado tecnológica del futuro en la que la inteligencia artificial tenga todo el poder.
"El siglo veintiuno será espiritual o no será". Una frase de Malraux para meditar más que nunca, para tomar el camino correcto en lugar de la pendiente equivocada.

El clima y el medio ambiente

Las energías de abril de 2024 acentúan una tendencia que está llevando las cosas al límite.

El contacto entre Júpiter y Urano, aunque sea un catalizador del cambio y de importantes descubrimientos (científicos, cósmicos), también puede corresponder a un punto crítico en términos climáticos. Esperemos que finalmente surja una conciencia global, respaldada por acuerdos que esta vez se cumplan.

Sin embargo, el ambiente durante el mes sigue siendo tenso (con la esperanza de que sea para mejor). ¿Qué debemos temer en 2024? Que la Tierra se mueva, que la corteza terrestre manifieste su descontento por ser maltratada por los humanos. Entre erupciones volcánicas, diversos y variados movimientos sísmicos y repetidas inundaciones, nuestro hermoso planeta nos está diciendo que su paciencia se ha agotado.

Una acentuación de los problemas climáticos, afortunadamente acompañada por una determinación para superarlos. Grandes esfuerzos colectivos, una población que se moviliza, un mundo que aspira a reconstruirse sobre bases más sólidas. Si la primera mitad del año ofrece perspectivas, estas se ven frenadas por quienes controlan las riendas de las empresas contaminantes. Se establece una lucha titánica entre la conciencia y el poder. Una vez más, solo una comprensión más espiritual de los problemas y las soluciones nos permitirá resolver la ecuación de manera positiva.

Las estrellas:

Plutón finaliza su larga travesía por Capricornio el 20 de noviembre, que comenzó en 2008. Durante su largo paso por este signo austero y tradicional, "el señor de las transformaciones" erosionó los sistemas (políticos, económicos, sociales) que se sostenían por un hilo. Al infiltrarse (entre el 23 de marzo y el 11 de junio de 2023) en Acuario, Plutón anunció lo que vendría y regresa entre el 21 de enero y el 1 de septiembre de 2024 y luego el 20 de noviembre, donde persiste. Debemos replantear nuestras ideas. Mantenernos en nuestras posiciones antiguas nos llevará a un callejón sin salida. Debemos cambiar todo, innovar, avanzar, reconstruir nuestras sociedades sobre nuevas bases. Esperemos que optemos por fundamentos más respetuosos de la integridad y los derechos de todos. Si elegimos la versión humanista del programa, todo es posible. Invenciones que pueden mejorar nuestra vida diaria, revolucionar la medicina, resolver problemas climáticos y encontrarnos con otras civilizaciones y otros mundos.

Si jugamos a ser magos novatos y usamos nuestros nuevos poderes para someter a los elementos, nos arriesgamos.

Neptuno continúa su evolución en Piscis en 2024. En su domicilio en este signo, el planeta reina sobre los mares, océanos y abismos de nuestro mundo. Si nos amenaza con inundaciones y desbordamientos, y multiplica las advertencias (lluvias torrenciales, marejadas), ¿estaremos a la altura de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero que causan los trastornos climáticos que estamos experimentando? Parece que la conciencia se generaliza en 2024. Alrededor del 23 de mayo, un clamor colectivo pide que se establezca un estado de derecho para proteger nuestra generosa planeta. Esperemos que este impulso silencie a aquellos que no tienen ningún interés en apoyar esta noble causa y que podrían frenar este movimiento entre agosto de 2024 y junio de 2025.

Urano y su naturaleza explosiva, dinámica y revolucionaria se manifiestan en esta primavera. Exaltados por Júpiter (alrededor del 21 de abril de 2024), prepárense para ser sacudidos a nivel colectivo, individual e incluso interplanetario. El dúo no pasará desapercibido. Podemos esperar cualquier cosa, pero no podemos seguir como si nada hubiera pasado. Afortunadamente, los aspectos planetarios que siguen (en mayo y junio) prometen una transformación evolutiva y positiva. Un fenómeno necesario para considerar el futuro de manera auténtica y humanista.

Saturno en Piscis tiene dificultades para estructurar el mundo en este signo cambiante, que no es realmente su lugar. Si la primavera nos invita a evolucionar, a cambiar nuestras referencias y nuestra forma de operar, es posible que a partir del verano seamos atrapados por la dura ley de Saturno, que frena todo lo que no está basado en bases sólidas. Nuestro entusiasmo podría ser aplacado por el planeta austero alrededor del 19 de agosto y el 24 de diciembre. El resultado se verá en junio de 2025, cuando sepamos si Júpiter, el emprendedor y creador de oportunidades, o Saturno, el vencedor, prevalecerá. Y si estos dos beligerantes llegan a un acuerdo entre demasiado y no lo suficiente, expansión y retracción, deseo de superar fronteras y necesidad de arraigo necesario.

En 2024, es Júpiter quien toma la iniciativa y lidera el baile. Presente en Tauro hasta el 26 de mayo, el gigante planeta que da expansión a todo lo que toca choca de frente con Urano el 21 de abril de 2024. ¿Qué podemos esperar de este choque de titanes? Probablemente un cambio, incluso una revelación, y eventos que pueden cambiar las cosas a nivel individual, colectivo, mundial e incluso interplanetario. Júpiter se armoniza con Neptuno el 23 de mayo, lo que nos hace esperar un resultado positivo, una apertura espiritual, económica, social... Júpiter entra en Géminis el 26 de mayo. En este signo en el que se encuentra en exilio, Júpiter tiene dificultades para encontrar su camino, duda entre dos polos, pero está dispuesto a dejarlo todo, a veces a rozar los límites. Si al comienzo de junio, Júpiter favorece la expansión, revitaliza nuestra economía y fortalece nuestra capacidad para servir al bien común, podríamos ser enfriados por una corriente menos emocionante que comienza alrededor del 19 de agosto, se confirma en diciembre e influye en nuestras vidas hasta junio de 2025.

Saturno frena el movimiento, se opone a nuestros deseos y esperanzas de expansión. Depende de nosotros mantenernos firmes, no rendirnos ante una tendencia que se debilitará con el tiempo. Aprovechemos este período un poco frustrante para replantear nuestras ideas y basar nuestras esperanzas en bases sólidas.

Es importante destacar que Marte se mueve entre Cáncer y Leo desde el 4 de septiembre de 2024 hasta el 17 de junio de 2025. Un largo ciclo que exacerbará los problemas relacionados con la seguridad, el arraigo, las tradiciones, la familia, la patria (valores relacionados con Cáncer) y las tensiones relacionadas con el poder, el deseo de dominar y poseer (Leo).